ESCUCHAME. DIME…
Cuando lees un libro
algunas veces piensas que sería interesante que tu vida fuera toda una farsa o
al menos que se pudiera cambiar con solo reescribir la historia solo para cambiar esos pequeños detalles en
lo que darías todo por cambiar, como cuando de pequeños nos enamoramos de esa
tía o tío tan lindo que siempre nos trae un regalo, que aunque fuera una
tontería lo guardas como el tesoro más grande y maravilloso del mundo, siempre
queriendo parecer más mayor para decirle con toda la seriedad del mundo que si
se quería casar contigo o ser tu novia o novio pero ellos siempre sonreían y
decía n ´´claro cariño pero lo siento
soy demasiado mayor para ti o eres muy joven para mi…´´ ò también ´´cuando
tengas 10 años más, pero que sepas que para entonces ya me veras muy mayor y ya
no me querrás ´´, luego se reían del niño o niña que lo decía con toda su
ilusión y aunque no lo asían de mala intensión pero te sentías dolido y
rechazado. Lo peor es que de mayor te lo recuerdan y se lo dicen a todo el mundo y tu muriéndose
de vergüenza.
Bueno, pues en un libro eso solo pasaría si quien lo escribe
decidiera hacerlo y para que un buen lector sonriera irónicamente recordando de
cuando le había pasado y pensando ´´qué tiempos aquellos, pues eran tan
felices´´ o ´´que ignorante era por aquel entonces´´ …
Pero lo que la gente ignora o no da importancia es a esos
sueños que tienes que al principio cuando te despiertas piensas que ha sido tan
real que al final no le haces caso o
directamente te olvidas y no le das importancia, pero te voy a decir una cosa
que no espero que la tomes muy en serio pero en la que deberías al me nos
pensar y tomar un poco, no mucho claro, puesto que no te lo puedo confirmar con
total seguridad, solo tenlo un poco en cuenta y si piensas que es una estupidez
´´espero que te vaya bien pero que conste que yo te lo advertí´´.
Prologo
Entro en
su habitación hecho una furia serró la puerta con un fuete portazo después de
gritar ´´cerdaa´´ y sentarse en medio de las dos camas que había en su
habitación.
Cuando se sentó
las lágrimas rodaban solas por sus mejillas, se puso la mano derecha sobre el
puente de la nariz mientras intentaba tranquilizarse y en pensar algo positivo
y no en clavarle a esa asquerosa un cuchillo en al cuello.
Sabía que
solo tendría que esperar un par de años y algunos meses para poder irse de casa
y olvidarse de esa cerda que tenia por hermana mayor, claro como él era el
pequeño y ella la mayor, y claro como ella era una chica tenia privilegios como
todo lo que ella hacía o decía estaba tan bien…
Paul
Zadracal sabía muy bien que su vida era un desastre y no pudo imaginársela peor
de lo que ya era.
Mientas
sus lagrimas seguían cayendo pensó que sería mejor distraerse y tratar de no
pensar porqué sabía que si lo seguía ha siendo le entraría un fuerte dolor de
cabeza y no era muy agradable que digamos, puesto que tenia examen y tenía que
estudiar y estudiar de física ya era de por si horrible.
Cogió el
primer libro de los que tenia al lado de su cama saco el marca páginas y empezó
a leer aunque no se enteraba de lo que leía le dio un poco igual pues era unos
de sus libros de los que ya no sabia cuantas veces se lo habría leído de tr5anto que le gustaba.
Después de
un rato se paso la mono por la cara para tratar de borrar las lagrimas de sus
ojos, dejo el libro aun lado y pensó en lo que había ocurrido, pensó en que
debería estar orgulloso de él mismo pues no había el control de sí mismo hasta
que no había estado en la soledad de su pequeña habitación.
Aquella
habitación había estado en los momentos más necesarios de su vida en los peores
y también en los mejores se sentía feliz por que aquella habitación había
presenciado como… el día en que estaba tan contento por aprobar aquel examen de
recuperación de física y química que se tumbo en la cama y empezó a reír a grandes carcajadas de lo feliz que se
encontraba y en el día en que aquella chica le había dicho que no de esa forma
tan desagradable y cruel que solo quería que se tragara la tierra o como una noche como aquella que no podía
soportarlo mas y no tenia otro remedio que irse a su habitación e intentar no
echarse a llorar.
Miro a su
alrededor, respiro hondo mientras buscaba su mp3 para empezar a hacer los
ejercicios de repaso de física.
No escucho
cuando rompieron la puerta de su habitación y entro ella una muchacha con una
mirada peligrosa y su pelo pelirrojo.
Cuando se
dio cuenta de lo que había ocurrido a su espalda se sobresalto pero en vez de
asustarse o sentir miedo, simplemente le sonrió dulcemente dando brinquitos
aquí o allá mientas se acercaba a el.
Cuando
estuvieron frente a frente ella le pregunto dulcemente, con su voz cantarina.
-¿prefieres
cambiarte o prefieres morir así como estas?
Paul bajo
la mirada hacia su ropa actual, llevaba unos pantalones oscuros y una camiseta
negra con rallas verdes.
Negó con
la cabeza.
-pero te
importaría llevarte mi chaqueta verde oscuro y esa mochilá, me gustaría
llevármela.
La chica
pelirroja sonrió dulcemente e inconscientemente ladeo un poco la cabeza hacia
la izquierda.
- Sabes
que la revisaremos y tiraremos lo que nos parezca oportuno.
- No te
preocupes no tengo nada lo suficientemente personal no fotos, ni notas de
ningún tipo, solo Algunas cosas que me gustaría quedarme.
- Bueno me
la llevare pero una pregunta ¿Qué llevas tan importante?
-Solo un
par de libros, unas cuantas mudas limpias creo que hay un película aunque no
estoy seguro y un poco de dinero.
-¿Cuánto?
- No se
unos mil o dos mil nunca me he fijado siempre echaba lo que me sobraba- dijo en
tono indiferente.
La chica
soltó una gran carcajada pero no dijo nada mas.
-Me puedo
tumbar no me gustaría caerme de repente sobre algo, sabes.
- Por mi
encantada, luego a la que le echan las culpas es a mi, me dicen ´no seas tan
indiferente, trátalos con un poco mas de cariño’ pero si te digo la verdad me
da igual.
Paul y la
chica soltaron una gran carcajada, cuando se escucho una voz en el pasillo que
iba diciendo maldiciones a diestro y siniestró.
- Bueno me
doy prisa, me he entretenido demasiado. Lo siento pero esto no te va a gustar.
- Acaso a
alguien le gusta que le destrocen la puerta de su habitación para decir tan
campante que los vas a matar, JA.
- Es
verdad, pero es lo que hay.
Con un
encogimiento de hombros, le paso una pastilla un poco de agua, mientras
empujaba a Paul sobre la cama.
- Bueno a
sido una charla realmente deliciosa pero es lo que hay ¿algún ultimo deseo?
Paul pensó
pero solo se le ocurrió una cosa realmente extraña en él.
- Un beso,
ya que me matas me gustaría un beso de tu parte, pero no te mataría con la
pastilla ¿o si?
- No, no
te preocupes no hay ningún peligro y viniendo de tu parte será todo un placer.
La chica
se inclino sobré Paul y le dio un beso, solo un mero rose de labios cuando
segundos después la chica se aparto y sonrió dulcemente mientras veía el cuerpo
inerte de Paul, un chico realmente encantador.
- Esme…
nos tenemos que ir que están a punto de despertarse.
- Ya voy
Rikki, recojo unas cosas y nos podemos ir.
Se agacho
para recoger la mochila y la chaqueta ve4rde. Salió de la habitación dando
saltitos alegres mientras silbaba una simple melodía.
-cuanto tiempo
nos queda?- pregunto Esme.
- No se
unos cinco minutos no les dimos tanto cloroformo.
-Pues nos
podemos ir Ricardo…-dijo un poco cantando.
Sabía
perfectamente que le molestaba enormemente y sonrió para sí.
- Es un
apnea que tuviéramos que acabar con ese chaval no creo que tuviera una vida tan
horrible, además es realmente adorable.
- Puede
pero no es el momento para pensarlo, nos tenemos que ir Esmeralda, ya sabes
cómo se pone Carlos si llegamos tarde.
- Ya, ya…
Salieron
de la casa tranquilamente, cuando los padre de Paul se despertaron unos diez
minutos después, fueron a ver si estaban bien todos. Paloma y Samuel
encontraron a Laura despertándose en su habitación en su habitación parecía
todo en orden.
Cuando
vieron que la puerta de la habitación de Paul estaba destrozada en el suelo se
asustaron, pero lo peor estuvo por pasar cuando advirtieron que Paul estaba
tumbado en la cama parecía dormido lo único diferente era que no respiraba,
pues taba sumido en un sueño aparentemente eterno.
Su madre
se desmallo y su padre llamo corriendo a una ambulancia.
Todo fue
innecesario pues Paul ya estaba muerto y el hombre de la ambulancia lo confirmó
cuando llego a los diez o quince minutos de haber llegado.
Así fue
como lo encontraron, cuando duermes tienes que tener un especial cuidado pues
pueden pasar muchas cosas algunas beses buenas, otras malas pero algunas es
mejor olvidarlas.
Capitulo 1.
Cansado se froto los ojos con los dedos
para despejarse un poco, ´´sueño, mucho sueño´´ pensó Sergío cansado de tanto
estudiar.
Se levanto perezosamente hacia su armario,
se quito los pantalones, camiseta y calcetines. Se envolvió en su toalla
amarilla que coge del armario y se la va en dirección de la ducha.
Después de una larga ducha entro de nuevo
en su habitación se cambio, se puso el pijama. Cogió el libro para seguir
estudiando pero antes se lanzo a la cama, se removió hasta quedar boca arriba y
dar un largo suspiro mirando al techo.
Sergío estaba tan cansado que no cedió
cuanta que alguien se deslizaba silenciosamente por la puerta y se dirigía
hacia donde él se encontraba.
Tratando de ignorar todo cuanto le rodeaba
Sergio se puso los auriculares que se encontraban debajo de su almohada y se
puso a escuchar música cuando se dio cuenta de que alguien lo miraba desde las
sombras pero en vez de alarmarse término de poner música y como si estuviera
realmente solo, cerro los ojos intentando relajarse.
Esmeralda sabía que no lo hacía con la
intención de ofenderla, sabía que estaba cansado y solo quería estar solo, pero
en lugar de irse como esperaba- aunque sabía que era muy improbable- se fue en
dirección de la mesa que se encontraba en una esquina de la habitación, se
sentó en un silla y espero a que Sergio se levantara.
El espero hasta que se acabara la canción
para poder terminar de estudiar, se levanto perezosamente hasta quedarse
sentado sobre la cama, y dirigió su penetrante mirada verde oscuro hacia donde
se encontraba la pelirroja.
-¿Qué quieres?-le pregunto con cara de pocos amigos.
Ella lo miro divertida.
-Que pasa cuñado ya no me quieres o es que
todavía no as salido de misión esta semana, ¿eeeh?
- Y a que se debe el placer de tu visita,
¿es que Paul ya se ha cansado de ti?
Sabiendo que no era así, pues Esmeralda y
Paul no se habían separado desde que al
chico le dejaron ya vagar sin ninguna supervisión para que no se perdiera
puesto que la casa era muy grande y por lo tanto fácil perderse.
-Ja, ja, ja muy gracioso pero no, venía a
preguntarte a por mi hermana y ya que no estaba en su habitación pensé que
estaría aquí contigo.
-Como puedes comprobar no se encuentra
aquí, hace dos días que fue en busca de otro visionario junto con Ricardo y tú
otra hermana.
Esme se quedo pensativa, pero vio que
Sergio no iba a decir más, se levanto y se encamino hacia la puerta, pero antes
de irse le dirigió una última mirada a Sergio:
-anoche soñé algo que espero que no sea
verdad yo que tu tendría más cuidado con lo que digo pues podría se lo último
que hiciera.
Tras decir estas palabras salió de la
habitación dejando a Sergio con una sensación de mal aquero que ya tenía desde
hacía una semana.
A la mañana siguiente, antes del desayuno
se encontraba casi toda la casa en la gran habitación de armas de la casa
algunos entrenando, -practicando con cuchillos, luchando cuerpo a cuerpo entre
otras cosas- otros entrenándose físicamente, corriendo, saltando pistas de
obstáculos, etcétera. Pero una minoría notable se había concentrado alrededor
de la colchoneta de lucha como hacían cada mañana para entrenar antes de
desayunar.
En la pista se encontraba un chico alto
moreno, muy fuerte y más ágil de lo que aparentaba (aunque todos lo eran) y
otro mas menudo con el pelo castaño claro, no parecía muy fuerte pero era
astuto y sabia pensar mejor bajo presión que la mayoría de los presentes.
Desde fuera parecía una lucha
desproporcionada, pero era todo lo contrario, el chico de pelo moreno y piel
morrón clara era fuerte y ágil y al chico del pelo castaño claro le costaba un
poco como si se le resistiera.
Los dos se encontraron frente a frente con
las rodillas flexionadas dando vueltas alrededor de un circulo invisible encima
de una colchoneta, los dos chicos estaban tensos solo parecía existir ellos dos
para uno solo existía el otro y viceversa y eso era lo mas amenazador.
El chico de pelo castaño dio un paso hacia
delante tratando de acabar lo antes posible, no quería que lo castigaran por no
pasar por las demás pistas de entrenamiento, como hacían todas las mañanas él y
los demás.
El chico se adelanta y salta frente al de
pelo moreno para quedar a su altura, lo empuja para tratar de provocarlo pero
antes de que sus manos toquen el pecho del moreno se quedo pálido y se echo
hacia atrás antes de que el moreno lo atrapara.
-Acabamos de una vez, Angel se me hace
tarde y no quiero hacer un doble recorrido- dijo el del pelo negro.
-Ok, pero sin interrupciones y rápido- y
acercándose a el se dio tres ligeros toques delante de su pequeña y respingona
nariz- vamos allá Sebastian.
Sebastian
se puso ligeramente pálido porque conocía esos tres toques y no le
gustaban en absoluto, sabia que jugaba con desventaja pero mejor que fuera
rápido y así menos doloroso.
Los dos chicos saltaron al centro de la
pista, Angel se inclino ligeramente en las puntas de los pies y dio un gran
salto hacia la derecha para poder esquivar el primer puñetazo de Sebastian que
iba dirigido hacia su estomago.
Sebastian gruño pero instintivamente se
tiro al suelo para evitar una patada en la cabeza que lo dejaría k.o al
instante rodo hacia la izquierda dio un salto y se puso en pie, fue directo a
por Angel, lo atrapo entre sus fuerte brazos para inmovilizarlo y fue cuando
cometió su error.
Ángel utilizo la fuerza de Sebastian en su
contra todavía en sus brazos atrapado Ángel se impulso desde el suelo y le dio
un gran cabezazo en la mandíbula a sebastian que maldijo en voz baja.
Sebastian lo soltó y sintió como el moratón
salía casi al instante, pero envés de quitarse la poca sangre que salía de su
mandibula, salió corriendo hacia su primo y lo placo como solía hacerlo cuando jugaba
futbol americano.
Los dos quedaron en el suelo agotados,
ninguno había ganado pero tampoco perdido solo eran dos chicos con moratones y
con sueño. Sebastian tenia la mandíbula hinchada pero no era nada grave y su
hombre izquierdo le molestaba bastante que fue con el que placo a Ángel. El por
otro lado solo tenia un buen dolor de estomago pero nada mas, no le dolía
demasiado pero le molestaba al inclinarse o estirar la espalda.
-Que te ha pasado, normalmente cuando das
los tres toquecitos ganas pero hoy has quedado empate- Ángel sigue mirando al
techo un poco pálido pero nada grave.
Sebastian se levanto y se sienta al lado de su
primo y sonríe ligeramente con una ligera idea de lo que pudo haber sido, pues
el se do cuenta cuando se puso pálido demasiado rápidoaunque se le pasó
enseguida.
-Oh, no creo que le tengas tanto miedo,
ahora eres mas fuerte, mas astuto, mas ágil no creo-lo duco totalmente- que
ella pueda hacer nada contra ti, si ni siquiera sabe donde estas.
-Estoy muerto, me enterraron y vuelto a
desenterrar, no es que me queje estoy mejor donde estoy. Comó bien, duermo ya
casi sin pesadillas y todos me tratan con respeto, pero alginas cosas son
demasiadas violentas como para olvidarlas.
-Lo sé.
Ángel se levanto, ayudo a su primo a
ponerse de pie y pasaron a la siguiente pista que era la de pesas.
Sebastian se inclinó ligeramente sobre su
primo y le susurro algo que lo hizo ponerse muy colorado pero dijo “nada” y
siguió inexpresivo. Paso media hora antes de que Ángel volviera a tener un tono
de piel normal.
Los demás los miraban pero no dijeron nada
pues Ángel tan solo llevaba unos seis meses en la casa y se había adaptado
rápidamente a ella, casi con desesperación pero como para algunos era mas
difícil que para otros le restaron importancia y siquieron con el transcueso
del dia casi sin interrupciones.
Pero no todos le restaron importancia
Sergio había visto eso débil cambio de expresión en la cara de Ángel antes de
esquival el puñetazo de Sebastian, sabia que había visto pero no dijo nada y
siguió con su entrenamiento para después irse a estudiar orto poco antes de ir
a clase.
Sergio compartía habitación con Ángel y
Sebastian se llevaban muy bien para el poco tiempo que llevaban juntos los
tres, pero como había ratos en que los demás les gustaba estar solos, se
dejaban en paz y se marchaban de la habitación sin hacer preguntas.
Sergio se dirigío a su armario se saco la
camiseta azul marino que era la que usaba para entrenar de manga corta y se
cuelga su toalla amarilla en el hombro y va en dirección a la ducha. En el baño
hay cuatro compartimentos que son para las cuatro personas que están destinados
a ese baño en particular, pero solo se usaban tres que son de Sebastian, Ángel y él.
Los compartimentos son de diferentes tanos
de azul para diferenciarlos los unos de los otros y así no abrir el que no les
perteneciera, pero como solo tienen cosas de ducha, perfumes, desodorantes y
poco mas les daba igual que uno de los otros mirara en su compartimento.
Sergio abrió el suyo que era el azul mas
oscuro casi negro y saco su gel y esponja y se empezó a duchar, tardo unos
cinco minutos bajo el agua fría antes de salir del baño y dirigirse hacia su
habitación.
Cuando entro con sus compañeros que habían
terminado de entrenar y estaban discutiendo para ver quien se iba antes a la
ducha. Cuando alguien tocó ligeramente a la puerta Sergio se dirigió hacia ella
para abrirla.
Cuando la abrió se encontró con una chica
de la edad de Ángel, ósea, de unos 13 o 14 años muy esbelta para su edad pero
muy guapa, Sergio sonrió sarcásticamente cuando la vio.
-No se supone que son los caballeros los
que van a las habitaciones de las damas para seducirlas, no al revés.
La chica lo mira y se encoje de hombros, se
da cuenta que Sergio todavía está en boxes y nada más y su carita asoma un
ligero color rojo que la hace mas adorable.
-Venia a hablar con Ángel –dice mirando por
detrás de Sergio.
-¿Y no vienes a verme a mí, Jully?-pregunta
con una gran sonrisa.
-Oh, no para eso ya tienes a Zafiro, además
no me van los morenos, demasiados arrogantes para mi gusto.
-Oh, que encantadora y cuánta razón, ha,
ha, ha….espero un momento-girándose y mirando como siguen discutiendo, dijo
estresado -Sebastian vete a duchar puesto que Ángel tiene visita pero, no
tardes mucho que luego…
-Ya lose, “que luego llegas tarde”, tío
pareces mi madre.- recogió su toalla de color azul clarito y se fue en
dirección al baño.
Jully saludo con una gran sonrisa a
Sebastian cuando paso a su lado.
-Adiós Sebastian.
-Adiós Jully-se pero un momento, abrió la boca
y la volvió a cerrar como cambiando de opinión y se fue.
Ángel se había levantado y estaba al lado
de Sergio en la puerta mirándola, intrigado. Sergio dio media vuelta y les dio
la espalda.
-Quieres pasar o salgo yo-sugiere Ángel un
poco cohibido.
-Como quieras solo venía a decirte una
cosa.
-Entonces pasa, las paredes tienen
oídos-ella asiente y entra en la habitación que comparten los tres chicos que
al parecer no esta echa para que vivan tres personas, y además chicos.
“Demasiado pequeña para los tres” pensó.
-Bueno bajo a desayunar, acuérdate de que
te toca llevar la ropa a lavar- Ángel asiente, avergonzado pues ya se le había
olvidado recientemente.-Hasta luego, preciosa. Un saludo de mi parte a tus
compañeras.
Guiñándole un ojo salió de la habitación
dejando a Jully con Ángel.
-¿Qué tenias que decirme?
Indecisa ella inclino la cabeza hacia un
lado buscando las palabras para que no impacten mucho.
-Te tienes que ir-soltó sin más. Directa-
ella está aquí.